miércoles, 18 de febrero de 2015

FICHA SOBRE LA LECTURA "VOCES NOCTURNAS"

Título: Voces nocturnas

Autor: Gianni Rodari


Resumen:

Una noche, un buen hombre ya un poco viejo que estaba acostado en su cama para dormir, oyó una voz que lloraba. El hombre decidió descubrir de donde provenía esa voz. Salió de su casa y no paró de andar hasta que encontró al dueño de los gemidos: un pobre anciano tiritando en un portal. El hombre se apiadó de él y le ofreció su casa como cobijo. A la mañana siguiente, como el anciano había cogido una seria bronquitis de dormir en los parques y bancos, lo llevó al hospital.


Con todo el ajetreo, el hombre llegó a su casa ya de noche. Cuando estaba en la cama, volvió a oir una voz que lloraba, pero esta vez venía de más lejos. De nuevo salió en busca de su dueño. Atravesó toda la ciudad, y, en lo alto de una montaña, había un pueblo en el que se encontraba una mujer que lloraba junto a su hijo enfermo. El hombre la tranquilizó y la llevó ante un médico que tratara a su hijo.


A la noche siguiente volvió a ocurrir lo mismo, pero a diferencia de que los gemidos eran de una familia que estaba en una país en guerra, y el hombre tuvo que cruzar el mar y ayudarles como pudo hasta que dejaron de llorar.
Desde entonces, justo cuando va a descansar y a dormir, el hombre siempre oye una voz que llora desde África, o desde Europa, o desde cualquier lugar, aunque él siempre está dispuesto a ayudar a quien se presente.


Primer final

Aquel viejo señor era muy bueno, pero de no dormir nunca estaba muy agotado, y tenía mucho sueño. Por eso, al acostarse, decidió ponerse unos tapones de corcho para no oir más las voces. Se puso los tapones un mes seguido, y, una noche, se los quitó y ya no oía nada. Pensó que ya no lloraba nadie o se había quedado sordo.

Segundo final

El hombre siguió atendiendo a todos los que lloraban, pero una noche, hubo un robo en su vecindario, y lo culparon a él. El viejo se defendió con todas sus fuerzas. Entonces, cuando le preguntaron que dónde había estado la anterior noche, él les respondió que ayudando a un campesino en Argentina. Como nadie le creyó, lo metieron en la cárcel y ya nunca pudo ayudar a las voces que oía todas las noches.

Tercer final

Por ahora no hay tercer final.
Podría ser éste: que una noche, en toda la Tierra no hay nadie que llore... y a la noche siguiente lo mismo... y así todas las noches. Nadie llora. Nadie es infeliz.

Quizá esto sea posible algún día. El viejo señor es demasiado viejo para que pueda vivir hasta ese día. Por eso, él continúa levantándose, porque lo que se hace debe hacerse siempre, sin perder la esperanza nunca.

Opinión:

Esta historia me ha gustado mucho. Por un lado porque es muy tierna, ya que el hombre, sea la hora que sea, siempre está dispuesto a ayudar. Y por otro lado porque es muy original, ya que muy pocas veces he visto una historia con varios finales. Yo, si tuviera que elegir un final, sin duda eligiría el tercero.

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