El Parque
Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas está
situado al este y nordeste de la provincia de Jaén (España). Es
el mayor espacio protegido de España y el segundo de Europa.
Está
declarado Reserva
de la Biosfera por
la UNESCO desde 1.983, Parque Natural desde
1986 y también Zona de
Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde 1.987.
Medio
Físico
Clima:
El
Parque Natural se encuentra bajo la influencia del clima
mediterráneo,
Predominando las precipitaciones repartidas de forma irregular a lo
largo del año, siendo relativamente escasas durante primavera y
verano y abundantes durante el otoño e invierno, y en forma de nieve
durante esta última estación en las zonas más altas; los veranos
son secos y caluroso.
Suelo:
La orografía
es en general abrupta, accidentada con gran número de picos que
sobrepasan los 1.700 m y más del 50% de la superficie del Parque por
encima de los 1.000 m. Tres cumbres sobrepasan los 2.000 m, el pico
Empanadas, el pico Cabañas y La Cabrilla. La altitud de las sierras
oscila entre los 400 m en el término municipal de Huesa y los 2.107
m del pico Empanadas, al Este del parque, limitando con la provincia
de Granada.
Relieve:
Aunque la mayoría de la superficie se sitúa por encima de los
1.000 m, la amplitud altitudinal es una de las características
esenciales para poder entender la variabilidad del paisaje y el
profundo contraste existente entre distintas zonas del parque
natural, así como la biodiversidad tan extraordinaria que
encontramos. El agua del conjunto montañoso formado por estas
sierras da origen a dos de los grandes ríos del sur de España. Por
un lado el Guadalquivir que tiene su origen oficial en el paraje de
la Cañada de las Fuentes, en el término municipal de Quesada y por
otro el río Segura, que nace en Fuente Segura, sus aguas brotan de
una cueva natural inundada, a 1.413 metros de altura. Dentro del
parque el Guadalquivir recibe la contribución de numerosos arroyos,
como el de Linarejos que lo hace en forma de cascada en la Cerrada
del Utrero, primer embalse de su cauce,y ríos como el Borosa, que
también cuenta con un embalse en Las Lagunas de Valdeazores, y el
Aguamulas. Por su parte el Segura durante los primeros kilómetros
transcurre por un valle estrecho y profundo donde recibe afluentes de
abundante caudal, como los ríos Madera, Zumeta y Tus.
Otros ríos destacados del parque son el Guadalimar, que desemboca en
el Guadalquivir en el embalse de Mengíbar, y el Guadalentín que
alimenta el embalse de La Bolera dentro del Parque.
Seres
vivos
Fauna:
Se reconocen en el Parque 36 especies de mamíferos.
Vertebrados
ungulados: Ciervo,cabra
montés,jabalí, muflón y gamo.
Vertebrados
Insectívoros: Musaraña común,
topo ibérico, erizo común...
Vertebrados
roedores: Topillo común, rata
de agua, ratón de campo, ratón casero, ratón moruno, rata común,
rata campestre, lirón careto y ardilla roja.
Vertebrados
Lagomorfos: El conejo y la liebre.
Vertebrados
carnívoros: Jineta, zorro, gato
montes, garduña, turón, comadreja, nutria y tejón.
Aves
rapaces: Águila real, águila
culebrera, águila perdicera, águila calzada, milano negro, gavilán
peregrino, halcón abejero, cernícalo vulgar, cerlicado primilla,
aguilucho cenizo, alimoche, buitre leonado, buitre negro, águila
pescadora, águila imperial, milano real, aguilucho lagunero, búho
real, lechuza común, búho chico, lechuza campestre.
Seres
invertebrados.
Crustáceos:
Cangrejo de río autóctono.
Insectos:
cucarachas y escarabajos.
Vegetación.
La
FLORA del P.N. de Cazorla, Segura y las Villas destaca por ser una de
las más ricas y variadas del ámbito mediterráneo, superando el
millar de especies. Los árboles más representativos son el pino
laricio y la encina. Además presenta un gran número de endemismos,
la mayoría hierbas o pequeños arbustillos rastreros con flores
minúsculas, muchas de ellas amenazadas de extinción y relegadas a
ambientes muy inestables, como la violeta de Cazorla (Viola
cazorlensis), el geranio de Cazorla (Geranium cazorlense), el
narciso (Narcissus longispathus) o la Aquilegia pyrenaica subsp.
cazorlensis, una reliquia del último período glacial que vive
refugiada en las altas cumbres. En total, entre gimnospermas y
angiospermas son casi 2000 las especies catalogadas, a las que habría
que sumar los helechos y musgos. El paisaje más húmedo de los rios
da lugar a auténticos corredores de vegetación. Alamos, sauces,
olmos, que conforman la vegetación de ribera.
Hidrología.
El
agua del conjunto montañoso formado por estas sierras da origen a
dos de los grandes ríos del sur de España. Por un lado el
Guadalquivir que tiene su origen oficial en el paraje de la Cañada
de las Fuentes, en el término municipal de Quesada y por otro el río
Segura, que nace en Fuente Segura, sus aguas brotan de una cueva
natural inundada, a 1.413 metros de altura. Dentro del parque el
Guadalquivir recibe la contribución de numerosos arroyos, como el de
Linarejos que lo hace en forma de cascada en la Cerrada del Utrero,
primer embalse de su cauce,y ríos como el Borosa, que también
cuenta con un embalse en Las Lagunas de Valdeazores, y el Aguamulas.
Por su parte el Segura durante los primeros kilómetros transcurre
por un valle estrecho y profundo donde recibe afluentes de abundante
caudal, como los ríos Madera, Zumeta y Tus. Otros ríos destacados
del parque son el Guadalimar, que desemboca en el Guadalquivir en el
embalse de Mengíbar, y el Guadalentín que alimenta el embalse de La
Bolera dentro del Parque.
Ríos.
Gualdalquivir,
Borosa, Gualdalimar, Gualadema, Aguasmulas, Gualetín, Aguscebas.
Pueblos.
Quesada,
Cazorla, Hinojares, Peal Becerro, Burrunchel, Beas de Segura,
Coto Ríos Huesa, Los Rosales, Chiruevas, La Iruela,
Cortijuelo, Arroyo Frío Santo Tomé, Orcera, Hornos
de Segura, Villanueva del Arzobispo y Pozo Alcón, Villacarrillo,
Villarodrigo, Siles, Benatae, Puente Génabe, Torre Albánchez,
Segura de la sierra, La puerta Segura, Arroyo Ojanco, Iznatoraf,
Génabe, Sorihuela de Guadalimar.
Amenazas.
Incendios:
La
principal amenaza del parque, tanto para la flora como para la fauna
son los incendios forestales, que ya han tenido lugar, y cada
vez con más frecuencia, con desastrosas consecuencias en algunas
zonas del parque:
En
el verano de 2005 en la Sierra de las Villas y ladera oeste del
Tranco donde ardieron más de 5.000 ha tras una tormenta eléctrica
en plena ola de calor récord; en pleno corazón del parque, ha sido
el más devastador y masivo desastre del parque en su historia.
En
2001 en el Puerto de las Palomas ardieron unas 800 ha de forma
intencionada. Se tuvieron que dasalojar los nucleos de Burunchel y
Arroyo Frío por la proximidad de las llamas. Actualmente se está
llevando a cabo la repoblación de la zona.
En
la Vacarizuela a primeros de los noventa donde ardieron unas
ochocientas hectáreas, o por la Torre del Vinagre donde en el 1986
ardieron unas mil hectáreas.
Al
ritmo de desarrollo de ésta gravísima amenaza, sería vital para
que el parque sobreviva un incremento proporcionalmente mayor del
esfuerzo de los planes de prevención, vigilancia y extinción de
incendios, respecto del aumento exponencial del riesgo de incendios
que se observa año tras año.
Sobreexplotación
turística:
Otra
amenaza a consecuencia de la sobreexplotación turística
donde en puntos como Arroyo Frío, donde más ha crecido la oferta
turística en los últimos años, no lo ha hecho así las
infraestructuras y, por ejemplo la depuradora de Arroyo Frío pensada
para unas 400 personas se ve saturada todos los fines de semana donde
se supera en más de diez veces este número, causando el vertido de
aguas fecales sin la suficiente depuración en el Guadalquivir con el
consiguiente perjuicio para la fauna y flora.
Epidemias:
Las
epidemias, como las de Sarna que diezmaron la población de
Cabra Hispánica en la década de los noventa, o la del Cangrejo de
río que a raíz de un hongo que se propagó con la introducción de
cangrejo americano prácticamente ha extinguido al cangrejo común.
Igualmente, la flora sufre epidemias que matan y enferman extensas
zonas boscosas, como la procesionaria de las coníferas.
Otros
problemas menores pero también presentes son la caza furtiva,
la reducción y fragmentación de hábitats, los atropellos en las
carreteras del parque, la extracción de madera, etc. El cambio
climático, ya presente, ha supuesto una mayor irregularidad del
nivel pluviómetro en Cazorla, lo que también va a poner en peligro
la conservación de la flora autóctona y de todo el ecosistema por
extensión.
Igualmente,
la escasez de medios económicos ha llevado a permitir la caza
controlada de animales para pagar gastos del parque medida polémica
para algunos.