Pero su uso plantea problemas.
1. La energía que consumimos
La mayor parte de la energía que utilizamos en la vida cotidiana es de dos tipos:
- Energía eléctrica. Se emplea en los hogares, en la industria, en el transporte por ferrocarril, etc.
- Energía de los combustibles, como la gasolina, el gasóleo y el gas natural. Se emplea en el transporte, en la calefacción, en la industria, etc.
Como ya sabes, la energía eléctrica se produce en las centrales eléctricas. Las que producen la mayor parte de nuestra electricidad son las centrales térmicas, que emplean carbón, gas natural o derivados del petróleo. Por tanto, la mayor parte de la energía que se consume en España, al igual que en muchos otros países, procede de los combustibles fósiles.
2. El agotamiento de los recursos
Los combustibles fósiles son fuentes de energía no renovables. Por tanto, si seguimos consumiéndolos al ritmo que lo hacemos, en un futuro se agotarán y las generaciones venideras no podrán disponer de estas fuentes de energía.
Para evitar el agotamiento de los combustibles fósiles, es fundamental ahorrar energía. Además, los gobiernos deben promover el empleo de energías renovables, como la solar y la eólica.
Hoy día parece difícil emplear solo fuentes de energía renovables. Es preciso investigar en estas fuentes de energía para lograr métodos más eficientes y baratos para aprovecharlas.
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