El
jueves pasado día cinco de mayo, los cursos quinto y sexto del
colegio C.E.I.P. “Virgen de Tíscar” hicimos una excursión a
Sevilla. Salimos a las seis de la mañana desde un autobús del
apeadero de Quesada y mi compañera de asiento fue mi amiga María.
Antes de llegar a Sevilla, hicimos una parada en un hotel llamado
“Carmen” para desayunar y allí Esperanza, María y yo conocimos
a una profesora jubilada muy simpática de Linares, nos contó que
ella y sus compañeros se iban a Cádiz y luego volverían en
crucero, y que ella también había ido a “Isla Mágica” con sus
alumnos muchas veces. Cuándo terminamos de desayunar nos despedimos
de ella y volvimos a montarnos en el autobús para seguir viajando
hasta Sevilla.
Aunque
el viaje duraba aproximadamente cuatro horas, a todos se nos pasó el
tiempo volando, ya que nos lo estuvimos pasamos muy bien cantando,
hablando y riendo. Llegamos a Sevilla sobre las once menos cuarto y
antes de llegar al parque de atracciones vimos el edificio de Radio
Canal Sur, después el autobús nos dejo en la misma puerta de “Isla
Mágica”. Todos estábamos muy nerviosos y emocionados y lo primero
que hicimos al entrar fue dejar nuestras mochilas
en las taquillas, íbamos en grupos para que nadie fuese solo y no
nos perdiéramos, y mi grupo estaba compuesto por Cristina,
Esperanza, María, Ramón, Marta y yo.
Estuvimos
toda la mañana montándonos en atracciones, como en Los Bucaneros
que consistía en unas barcas que iban por el agua, y tenían cuatro
cañones para disparar chorros de agua a las demás barcas. Más
tarde, sobre las dos del mediodía nos fuimos a comer a la Puerta de
América, el primer plato eran macarrones a la italiana, el segundo
un san jacobo con patatas fritas, la bebida la podías elegir, era
agua, Acuario, Coca-Cola, Fanta de naranja o Fanta de limón, y yo
elegí Fanta de naraja y el postre podía ser una manzana, un flan,
un yogur, una natilla o un vasito de helado, y yo, como es lógico
escogí el helado. Después de la comida también estuvimos toda la
tarde (hasta las siete) montándonos en atracciones, todas eran muy
emocionantes y algunas hasta daban miedo, pero sólo al principio
porque luego luego todo ese miedo era sustituido por un subidón de
adrenalina.
Me monté en muchísimas cosas: en el desafío, los
bucaneros (ya nombrados antes), el lago bola, la anaconda (en esta me
monté hasta diez veces), el navío barbarroja (aquí me monté
cuatro veces), el ciklón (aquí dos), el iguazú (aquí también
dos), los rápidos del orinoco, el vuelo del halcón, la barca...y en
muchas más, y después de una tarde tan emocionante nos montamos en
el autobús para ir a embarcarnos al crucero que nos daría un paseo
por el Guadalquivir, no sin antes pararnos para tomar un piscolabis.
El
paseo por el Guadalquivir fue impresionante, por un altavoz nos iban
comunicando los edificios y construcciones más importantes por las
que pasábamos y la sensación de ir sobre el agua era como si
estuvieses volando. Finalmente, nos bajamos del crucero y comenzamos
el viaje otra vez para Quesada, y antes de llegar nos paramos otra
vez en el restaurante para cenar, todos estábamos muy contentos por
la experiencia que habíamos tenido de ir a Sevilla, a Isla Mágica,
estar en el crucero...pero sobre todo estábamos cansados, por lo que
esa noche nadie tuvo problemas para dormir.
Ha sido la mejor experiencia de mi vida ¡Me lo he pasado genial! Me gustaría repetir este viaje con mis amig@s a Isla Mágica.
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