Leer el libro "El amuleto Yoruba" ha sido como navegar con la barca de la imaginación entre las letras y palabras de esta maravillosa historia e introducirse y vivirla como si estuvieras presente en ella.
Me ha enseñado una cosa importantísima, porque aquí cuenta cómo es de verdad lo dura que es la inmigración con la vida de un niño. Una cosa también muy llamativa de este libro son sus descripciones; cuentan cada detalle con pelos y señales, y pone ejemplos para comparar una cosa con otra, por ejemplo: "era alto y delgado como una espiga, igual que su abuelo". Estas descripciones son tan claras, sencillas y completas que da gusto leerlas.
También, una peculiaridad de este libro es que comienza por una parte del final de la historia, y ya sigue con lo que debería de ser el principio, la historia concluye con la parte que le sigue al capítulo del principio, que formaba parte del final, un final fabuloso. El tema principal que predomina en esta historia es el de la inmigración, tan dura, sobre todo para un niño, como el protagonista de esta narración.
Ogbi Ugbú vive feliz con su familia en Nigeria
(África). Sus padres buscan un futuro mejor para él y se tiene que
trasladar con ellos hasta la costa andaluza. El trayecto es durísimo
y demasiado peligroso, puesto que están viajando de forma ilegal, en
una patera, aparte de ellos viajan más personas. Se someten a un
viaje mortal con temporales de miedo. La madre del niño no resiste,
debido a las condiciones que tiene que soportar, el cansancio y la
altísima fiebre. La mujer muere. El amuleto de los Yoruba, el que
había pasado por generaciones y generaciones de la familia de los
guerreros Yoruba y que ahora estaba en manos del niño negro y que se
lo había entregado su abuelo, no había protegido a su madre durante
el trayecto.
Consiguieron llegar y recibieron atención médica. Se
ubicaron en la provincia de Almería. Cuando ahorraran el dinero
suficiente se trasladarían hasta Madrid. Y así fue. Su padre
encontró trabajo allí. Al principio, en el colegio al que asiste
Ogbi, no le va muy bien, tiene un conflicto con un niño llamado
Edwin Rodríguez, aunque él no quería meterse en problemas. Pero
eso le lleva a hacer un estrecho lazo con él y comenzar una gran
amistad.
Pronto forma parte de un grupo de amigos con el que se lleva genial: en él entra Edwin, Lucas, los hermanos Galey, y otras personas, pero sobre todo, la que más le llama la atención, es Omaira. Desde que se conocieron, no deja de revolotear esa mariposilla del primer amor por sus estómagos. Ella le parece preciosa, la mejor chica.
Ahora Ogbi Ugbú con veintiún años, había publicado en un libro la historia de su vida, y, el editor, reconoció la historia a la perfección, Ogbi Ugbú había sido alumno suyo, las lágrimas rodaban por sus mejillas al recordar a aquel alumno de su antiguo colegio, al que tanto había vigilado en los recreos, y que ahora se presentaba echo un hombre y con la dura y triste historia de su vida al concurso literario, a su editorial.
A mí por lo menos me ha encantado, pero lo malo es que es la pura y cruda realidad, los inmigrantes tienen que sufrir muchísimo para intentar encontrar una vida mejor. Ahora, en los telediarios, en casi todos, nos encontramos noticias como que tantas personas subsaharianas han intentado atravesar el Estrecho de Gibraltar y han muerto tantas de ellas. !Qué desgracia¡ Creen que aquí van a encontrar una vida mejor y no es verdad. Os recomiendo seriamente que leáis este libro, es fantástico, la tierna historia de un niño que tendrá marcado para toda su vida aquel viaje en busca de una vida mejor. Aquí solo os he contado la historia resumida, porque si lo leyerais entero me entenderíais de verdad, y solo os digo una cosa:
¡Leed
El
amuleto
Yoruba!