Cuando el príncipe Li-Yung ha de ser coronado, los
consejeros del reino deciden que ya es hora de que se case. Por eso
hace comunicar que una de entre todas las muchachas del reino será
elegida como su futura esposa. Tras una semana las jóvenes se
presentaron en los jardines imperiales, y el príncipe les dio una
semilla a cada una de ellas. Después de seis meses, las chicas
volvieron cada una con una planta maravillosa, menos una joven, que
traía una maceta de tierra.
Pero, para sorpresa de todos, Li-Yung eligió a esta,
diciendo que Saomín, la dueña del tiesto de tierra, había sido la
más sincera. Puesto que las semillas que había repartido eran
estériles.
Finalmente Saomín y el futuro emperador Li-Yung se
casaron.
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