viernes, 24 de enero de 2014

Ficha sobre la lectura: "Apolo y Dafne".

Título: Apolo y Dafne.

Autor: anónimo.

Resumen: Apolo, dios del sol y de las artes, era un excelente arquero. Cegado por la vanidad, el dios comenzó a burlarse de Eros, dios del amor. Bajo su inocente apariencia de niño, se ocultaba el gran poder de manejar los sentimientos de los demás. Éste también llevaba flechas para ejecutar su poder.  

Un día, las burlas de Apolo llegaron demasiado lejos, y Eros quiso imponer una venganza contra él. A otro día, por la mañana, Apolo, siguiendo su costumbre, salió a pasear por el bosque, sin saber que Eros, disponiéndose a cumplir su amenaza, lo esperaba oculto entre los matorrales. Cuando el niño tuvo a Apolo a su alcance, le disparó una flecha, era una flecha de madera de ciprés, con la punta de oro: la flecha del amor. Hecho esto, Eros se dirigió velozmente a un arroyo cercano, donde se encontraba Dafne, la hermosa ninfa hija del río Peneo. El dios le disparó a ésta una flecha con la punta de bronce. Quienes resultaban heridos por ella rechazaban a los que se atrevían a amarlos.     

Tras esto, a otro día, Apolo descubrió a Dafne, era la primera vez que la veía. Desde el primer segundo se enamoró de ella, e intentó acercarse para hablarle. Pero, cuando la diosa advirtió su presencia, se escondió entre los árboles. Desde ese momento, una y otra vez, Apolo recorrió incansable el lugar donde había visto a Dafne. Muchas veces conseguía verla, pero ella siempre lo rehuía. Las flechas de Eros cumplían con su efecto.

Una mañana, mientras Dafne descansaba, Apolo intentó acercarse, sigiloso. En cuanto ella se dio cuenta, echó a correr, y Apolo la persiguió por todas partes.  Dafne, agotada y desesperada, suplicó ayuda a su padre, el río Peneo. No había acabado de hablar cuando notó que sus pies se hacían pesados. Luego se sintió atada a la tierra: le habían brotado raíces. Su piel se cubrió de una tierna corteza, los brazos se convirtieron en ramas y el pelo se le llenó de hojas alargadas de color verde oscuro... La ninfa se había convertido en un esbelto laurel de frondosa copa. 
Cuando Apolo llegó, advirtió en aquel árbol el alma de su amada y comprendió lo ocurrido. Llorando abrazó el tronco del laurel. 
Antes de marcharse tomó unas hojas del árbol y tejió una corona que se colocó sobre la cabeza. Desde entonces, la corona de laurel ha acompañado las glorias de los héroes. 
  
Opinión: a mí no me parece del todo bien el castigo que le impuso Eros a Apolo. Me parece bien por la parte del castigo que le perjudica a Apolo, por burlarse de Eros sin motivo ni razón. Pero no me gusta la otra parte del castigo, que perjudica a Dafne. Ella no hizo nada malo para merecer eso, Eros no debería haber metido en el problema a Dafne, que ni siquiera se enteró de lo que pasó en verdad. A lo mejor ella en realidad estaba bien teniendo aquella forma de persona y se sentía bien, pero por culpa de aquellos dos dioses, que tanto el uno como el otro tuvo la culpa, Dafne cambió de forma. Aunque ella también hubiera podido buscar otra solución. De todas formas, Eros hubiera podido arreglar el asunto de otra forma distinta y que todos salieran bien. 

 

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