Título: El vampiro negro.
Autor: Graciela Pérez Aguilar.
Resumen: cuando llaman al teniente Mac Donald para informarle de que un hombre a trepado a la torre del agua y amenaza con arrojar al interior del depósito un virus que nos convertirá a todos en vampiros, este no sabe de qué tipo de hombre se trata.
Cuando llega al lugar el teniente intenta calmar la situación, y le pregunta al individuo de capa negra qué es lo que desea. El extraño hombrecillo contesta sin más vacilación:
-¡Sangre!
Mac Donald ordena al oficial Pastoretti, el mismo que le informó de lo ocurrido, que fuera hasta el hospital para conseguir un par de bolsas de sangre. Cuando este regresa, el teniente y el hombrecillo toman camino a la comisaría para hablar. Allí, gracias a que el hombre de capa negra se convierte por un momento en nada más y nada menos que en un murciélago, el teniente descubre que ese extraño hombre es... ¡Un vampiro de carne y hueso! También, mediante la conversación, Mac Donald descubre que el vampiro no toma la sangre directamente de las personas, porque le dan náuseas, la última vez se le taponó la nariz para siempre y se le peló la lengua.
También descubrió que tan sólo necesitaba un cuatro de litro de sangre al mes. El teniente le sirvió un vaso lleno de un líquido rojo, humeante y de un aspecto siniestro. El vampiro se lo bebió de un solo trago. Mac Donald le daría uno igual cada mes a cambio de que hiciera trabajos comunitarios nocturnos.
El vampiro se fue loco de contento. El teniente Mac Donald también estaba muy satisfecho, ya que el líquido que había bebido el vampiro no era sangre, sino...¡Zumo de tomate caliente con tinta roja y caldo de carne! Con la nariz taponada y la lengua pelada tardaría siglos en darse cuenta de que eso no era sangre.
Opinión: es una muy buena solución, porque todos quedaron felices. El vampiro quedó satisfecho, porque creyó que bebía sangre, pero tampoco estaba bebiendo algo malo. El teniente se quitó un problema de encima, y también el vampiro iba hacer trabajos comunitarios.
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