Experiencia sobre la muerte de un ser querido:

Mis abuelos paternos.

A lo largo de mis escasos años, no he tenido mucha experiencia con la muerte de algún familiar cercano. Mi abuelo paterno, Domingo, tuvo una muerte rápida, falleció a causa de un infarto, la fría mañana de un 12 de diciembre de 2006 a los 67 años de edad. Por aquel entonces, yo tan sólo tenía 3 años, y prácticamente apenas si me di cuenta.

En cambio, a diferencia de él mi abuela paterna Balbina sufrió una grave enfermedad llamada ictus, la cual le hizo estar 6 años muy enferma necesitando ser cuidada todo el tiempo. Hasta que un 16 de noviembre del 2007 su corazón dejó de latir para siempre. Ella también tenía 67 años, en aquella fecha yo ya tenía 4 años.

Al año siguiente mi bisabuela, la abuela de mi madre también falleció. A causa de una enfermedad en el estómago. Un triste día de primavera, un 25 de abril del 2008. Se llamaba Carmen, y aunque yo ya tenía 5 años, tampoco comprendí mucho lo que pasó.

No llegué a conocerlos mucho a ninguno de ellos porque era muy pequeña. Pero mis padres me han hablado mucho de mis abuelos y mi bisabuela, de cómo eran, que les gustaba, anécdotas graciosas, lo que hacían, cómo pensaban...También tenemos fotos y vídeos de ellos. Y cuándo los veo me pongo muy triste, porque me hubiese gustado conocerlos mejor, y por desgracia eso nunca será posible. También cuándo subo al cementerio y veo sus tumbas siento ganas de llorar y mucha melancolía. Por eso esta pequeña redacción se la dedico a ellos y allá dónde quiera que estén les mando miles de besos y abrazos.